* Columna de Luz Miryam Duque.

Decana de la Facultad de Educación a Distancia y Virtual

 

Ante el cambio ineludible en los procesos académicos planeados por todo el sistema de educación en el país, las Instituciones de Educación Superior (IES) le han salido al paso a la crisis, replanteando las clases presenciales y tutorías semipresenciales hacia la virtualidad. El panorama cambió rápidamente y ahora las IES como organizaciones deben adaptar su servicio educativo hacia los ambientes virtuales de aprendizaje, donde se establecen los medios de interacción, los recursos tecnológicos, los factores físicos y como un factor muy significativo, las relaciones interpersonales.

No obstante, este cambio merece entre otras, dos consideraciones importantes: ¿Cómo hacer pedagogía en línea sin deshumanizar el proceso? y ¿Qué evalúa un estudiante de la educación virtual?

 

¿Cómo hacer pedagogía en línea sin deshumanizar el proceso?

El Docente-Tutor es un consejero experto en la disciplina que como facilitador se constituye en un guía que además interviene en los aspectos científicos, teóricos y prácticos como parte del proceso de aprendizaje. Comparte su conocimiento técnico con una metodología adecuada, además de conducir los procesos a través de la virtualidad con las interactividades e interacciones que logran un aprendizaje duradero y significativo. Tiene el reto de emplear todo el potencial de las nuevas tecnologías con una actuación pedagógica en el campo virtual, donde el estudiante gestiona su proceso de formación, regula su ritmo de trabajo con criterio propio y construye su aprendizaje.

Por lo que, articular el uso de las TIC con la pedagogía depende de la apropiación que el docente haga de ellas para construir intencionalmente el sentido del uso de las tecnologías como un sistema de gestión de aprendizaje en la virtualidad y evaluar los escenarios educativos que le ayuden al estudiante a pensar y seguir aprendiendo autónomamente para aplicar los contenidos a contextos de la vida real.

Así mismo, el Docente-Tutor enseña a convertir los medios virtuales en un modo de pensar y aprender y a considerar que estos ambientes son espacios para la comunicación con seres humanos. Además hace que su grupo de estudiantes establezca compromisos de solidaridad hacia el otro, por lo que el acompañamiento de la sesión tutorial se convierte en un acompañamiento social. Conocedor del calor humano que se desprende de éste tipo de comunicaciones, consigue la participación en la vida universitaria sobre la base del trabajo colaborativo, logrando que la universidad llegue a cada uno de ellos en el espacio o escenario que elija con el apoyo de las Tecnologías de la Información y Comunicación.

 

¿Qué evalúa un estudiante de la educación virtual?

Se define la educación virtual como una nueva forma de enseñar y aprender. No se trata simplemente de hacer llegar la información a lugares distantes, sino que es toda una perspectiva pedagógica que se apoya en todo tipo de herramientas informáticas en un campus virtual.

El estudiante de los programas virtuales en educación superior, dimensiona el valor del servicio educativo que recibe y lo evalúa a partir su percepción. Desde lo socio emocional, valora el hecho de descubrir su capacidad de aprender de manera autónoma, reconoce que estudiar con ésta metodología le cambia sustancialmente su proyecto de vida, le mejora su autoestima, puede demostrarse la capacidad y la disciplina para auto aprender y que su vez le otorga un papel protagónico durante el proceso.

Evalúa lo funcional, como la posibilidad de estudiar desde cualquier lugar (escenarios múltiples de aprendizaje), el tiempo que se ahorra en transporte, el acompañamiento de los Docentes-Tutores y las respuestas en tiempos eficientes. También, como valor social, aprecia la interacción con otros estudiantes en la plataforma virtual que amplían su red de relaciones personales y laborales.

No obstante, el mayor valor percibido son las actitudes y comportamiento del docente, su grado de responsabilidad y calidad humana; por lo que basado en ésta percepción considera el cumplimiento de la promesa de valor.

Finalmente, si todos los que interactúan en estos espacios virtuales mantienen el calor humano en la comunicación, la lejanía física no será un obstáculo, dado que se sigue hablando con el Docente-Tutor de una manera nítida y sencilla, incluso se tendría más cercanía entre todos los participantes.

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