Comunicado de prensa No. 19

 

⇒ Un plan ideal de alimentación en el país sería aquel que garantice la seguridad alimentaria y nutricional con criterios de inclusión.

⇒ En Colombia se hace necesaria la actualización y el cumplimiento de la legislación sobre el etiquetado nutricional, sobre todo en los alimentos envasados.

⇒ Una adecuada nutrición es vital para el crecimiento y desarrollo saludable.

 

Bogotá, 20 de octubre de 2020. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud en los resultados de la Encuesta Nacional de Salud Nutricional (ENSIN) de 2015, la desnutrición oculta en el país es un riesgo latente y su prevalencia es mayor en comunidades indígenas, afrodescendientes y zonas rurales dispersas.

El ENSIN también señala que un porcentaje importante de colombianos no tiene problemas de seguridad alimentaria, pero sí una inadecuada ingesta de nutrientes vitales, lo cual deriva en problemas de crecimiento y afectaciones al desarrollo mental y la capacidad inmunitaria. Cabe señalar, que la malnutrición condiciona la producción intelectual y por tanto el desarrollo mismo de la población.

 

Legislación

Teniendo en cuenta el análisis situacional de salud de la población, en Colombia es necesaria la actualización y el cumplimiento de la legislación sobre el etiquetado nutricional en los alimentos envasados. Los indicadores de mortalidad y morbilidad asociados a cronicidad por consumo alimentario así lo evidencian.

En varios países de Latinoamérica se ha implementado una estrategia que permite la visualización del contenido por ingrediente y cantidad, con sus advertencias, lo que ha llevado a la construcción de una conciencia de consumo y al compromiso de la ciudadanía, los gobiernos y la industria.

“Un plan soñado de alimentación en Colombia sería aquel que garantice la seguridad alimentaria y nutricional con criterios de inclusión, y las leyes de calidad, cantidad, armonía y adecuación; donde el aporte energético y nutricional satisfaga las necesidades del gasto energético de cada hombre y mujer en cualquier curso de vida, donde la lactancia materna sea realizada a libre demanda por una mujer que se alimente para alimentar y no que su cuerpo sirva de sustrato energético de agotamiento rápido.

Para eso es necesario que la ley garantice la soberanía alimentaria, y que las decisiones de lo que se debe comer se tomen de forma informada y responsable”, explicó la doctora Inés Sofía Morales, investigadora y docente del programa de nutrición y dietética de la facultad de ciencias de la salud de la Fundación Universitaria San Martín, en Puerto Colombia.

También resulta importante la participación de la academia en las decisiones que involucren la Seguridad Alimentaria y Nutricional del país. La normativa existente (Resolución 005109 Ley 170 de 1974, Resolución 5109 del 2005, Resolución 2652 del 2004, 5169 del 2009, Decreto 1686 de 2012) requiere revisión, cambios y actualizaciones, dadas las evidencias científicas que demuestran la causalidad negativa asociada al consumo de alimentos con alto contenido en azúcares, grasas saturadas, sodio, y aditivos químicos que atentan contra la salud física y mental.

“Los trastornos de la conducta alimentaria permiten evidenciar la ansiedad y otras problemáticas de origen psiquiátrico y/o emocional que se manifiestan con problemas más graves como anorexia, bulimia y atracones. Es una problemática que afecta tanto a mujeres como a hombres y en los cursos de vida que van de la adolescencia al envejecimiento. Actualmente, hay estudios realizados en escolares que asocian estos trastornos a la influencia de la publicidad, a la necesidad pertenecer a grupos de pares dominantes, a violencia intrafamiliar y al bullying”, destacó Morales.

 

Visión errónea del peso ideal

El peso ideal es un concepto que está construido por los imaginarios y la construcción cultural de las poblaciones. Sin embargo, el Índice de Masa Corporal (IMC) se ha generalizado para clasificar si la persona en observación está dentro de rangos de desviaciones estándar que permiten clasificar al individuo en estado de adelgazamiento, normalidad, sobrepeso u obesidad.

En Colombia, se aplica la Resolución 2465 de 2016 que permite realizar esa identificación mediante evaluación antropométrica. El IMC es una fórmula sencilla que permite obtener el peso que se debería tener de acuerdo con la talla de la persona.

“La utilización de ese indicador produce errores en los diagnósticos una vez que, no determina específicamente cuál es el porcentaje de masa magra que tiene el hombre o mujer. La atribución de sobrepeso u obesidad por exceso es una clasificación totalmente errónea. Así mismo, porque se aplica indiscriminadamente en la infancia y la adolescencia sin tener presente la variable sexo”, puntualizó Morales.

El peso ideal deberá ser aquel que le permita a la persona tener una calidad de vida, una nutrición adecuada y un óptimo estado de salud, en el que el peso es un factor protector y no de riesgo para enfermedades crónicas o infecciosas.