Durante 2018 -en Colombia- Medicina Legal llevó a cabo 49.669 evaluaciones por casos de violencia de pareja.

 

La Fundación Universitaria San Martín explica los comportamientos que permiten identificar a una persona violenta.

Bogotá, agosto de 2019. Vale la pena iniciar destacando que no solo las mujeres son víctimas de maltrato por parte de su pareja, los hombres también lo son, pero según cifras de Medicina Legal, ellas sí son más propensas a sufrir algún tipo de maltrato; sea físico o mental . El informe Forensis de la entidad, reveló que, en 2018, del total de valoraciones realizadas, el 86,08% (42.753) se practicaron a mujeres.

Es decir, por cada hombre que denuncia ser víctima de violencia, seis mujeres lo hacen. Los departamentos con las tasas más altas fueron Casanare, Arauca, Meta, Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y Amazonas: 204,92. Los departamentos con el mayor número de casos registrados fueron Bogotá (12.493), Antioquia (5.546), Cundinamarca (3.985) y Valle del Cauca (3.765).

Al respecto, Demis Certuche psicólogo de la Fundación Universitaria San Martín (FUSM), detalló que existen ciertos patrones comportamentales que permiten identificar a una persona que puede llegar a ser peligrosa para su pareja. “Las causas que desencadenan estos actos son múltiples. Existe mayor prevalencia agresiva en personas que abusan de sustancias psicoactivas y, en el caso del alcohol, la relación entre consumo y comportamientos violentos está bien documentada, se ha observado que el consumo influye en el incremento de la violencia en la población general. Otras fuentes de comportamientos agresivos son propios de inseguridades del maltratante”.

Certuche, agregó que algunos comportamientos que permiten la identificación de estas personas agresivas son:

♦ Poca o nula tolerancia: no respetan las opiniones, actitudes o comportamientos de los demás. Son personas llenas de prejuicios y difícilmente se puede conciliar opiniones que les resulten contradictorias a sus ideas. Al encontrar contradicción reaccionan de forma agresiva.

♦ Camaleones: estas personas -durante la etapa inicial de una relación- no se muestran intolerantes, por el contrario, son personas que llegan a ser encantadoras, tienen esa particularidad.

♦ Autoritarismo: poseen rasgos intransigentes y poco flexibles a la conciliación. Son amantes del orden, pero desde un punto de vista subjetivo, es decir, basado a su criterio personal y, en algunas oportunidades, coaccionan a su compañera/o sentimental para que mantenga las cosas como le gustan, así no tenga coherencia.

♦ Pensamiento dicotómico: polarizan las situaciones y difícilmente aceptan puntos intermedios. Así mismo, se burlan de creencias, ideologías y las opiniones de los otros.

♦ Poca empatía: manejan una gran dificultad de relacionarse emocional y afectivamente con otras personas.

♦ Relaciones dependientes: si bien no se cumple en todos los casos, es común que en la estructura de la personalidad del maltratador tienda a existir cierta dependencia de su círculo cercano y utilice el maltrato económico para retener a sus seres queridos.

El psicólogo de la FUSM, enfatizó en las maneras que las personas pueden utilizar para hacerle frente a esta situación. “Dependiendo del tipo de maltrato se pueden iniciar estrategias que corten la cadena de abuso. Es muy fácil juzgar a las personas que no toman medidas para salir de una relación nociva, pero pocos son los que se detienen a analizar cuál o cuáles son los motivos para soportar el maltrato. Mejorar la autoestima y recuperar la confianza, además de potencializar habilidades de resolución de conflictos y superar las experiencias traumáticas producidas por la violencia psicológica serán determinantes para hacerlo”.

Hay otros “síntomas” o alarmas tempranas que pueden advertir sobre una personalidad amenazadora: aquellas que transgreden límites personales en cualquier tipo de relación, tanto en tiempo como en espacio. Personas celosas controladoras que utilizan el doble sentido para verbalizar su disgusto, usan mentiras e historias -difícilmente creíbles.

Los tipos de maltrato más comunes son el físico o psicológico; los que más evidencian en una pareja. El maltrato económico es el abuso y control que incluye impedir a la pareja el acceso a su salario, a sus cuentas bancarias, a la comida, ropa o transporte, así como obligarla a pedir préstamos.

Otro aspecto que vale la pena mencionar, es el por qué se presentan casos donde la persona maltratada se queda con su pareja. No se pude generalizar que esto suceda en la mayoría de casos. En lo que respecta a la violencia de género, cuando alguien opta por no abandonar una relación ‘tóxica’, por lo general, se debe a una dependencia económica, a prejuicios sociales sobre la separación, miedo a que se les haga más daño o se presente una venganza a un ser querido, no tienen redes de apoyo y de allí se genera la necesidad de permanecer en un ambiente violento.