Los test de orientación vocacional podrían ayudar a escoger un programa profesional acorde a su perfil.

Un alto porcentaje de personas que terminan su bachillerato no saben qué estudiar, o si realmente son aptos para formarse en lo que han estado pensando. Es importante hacer una selección adecuada del pregrado a realizar, ya que según un estudio del Gobierno Nacional, en los primeros tres semestres de las carreras se presenta el 64% de la deserción; en primer semestre, 37%; en segundo, 16%; y en tercero, 11%.

Al respecto, Demis Certuche, secretario académico de la facultad de Psicología de la Fundación Universitaria San Martín indicó: “Las carreras de ingeniería, arquitectura, urbanismo y afines, son las que lideran los índices de deserción en los primeros semestres. Siguen las que tienen que ver con bellas artes, economía, administración, contaduría y afines. Por ello, una de las herramientas que pueden ser útiles son los test vocacionales, así podría ir analizando si es apto o no para un programa”.

El secretario académico profundizó al respecto e informó que los test de orientación vocacional, son una ayuda para quienes tienen dudas acerca de qué carrera van a elegir –sepa que, simplemente, son una ayuda que complementa el proceso-. Se recomienda realizar varios para poder comparar los resultados de forma adecuada. Asimismo, se deben llevar a cabo por instituciones o profesionales certificados.

Pero no solo una mala elección causa que se abandonen los estudios, existen otras causas como los altos costos entre el valor del semestre y los materiales, estrés académico, problemas familiares, relaciones con compañeros o docentes, enfermedades, embarazos y dificultades en la adaptación a la ciudad o a vivir solos.

 

Consejos para una excelente elección

Certuche, recalcó que “aunque generalmente la edad para iniciar está entre los 17 y 21 años -edad en que los estudiantes por lo general terminan su secundaria- no existe edad para iniciar una carrera profesional. En algunos casos, las actividades laborales y personales, llevan a iniciar después de esa edad promedio, pero nunca hay que renunciar a profesionalizarse porque se crea que ya está viejo para ello”.

Cinco tips que debe tener en cuenta:

→ Identifique sus cualidades, competencias, defectos y potenciales para analizar algunas alternativas.

→ Utilice el mayor número de herramientas que le permitan tomar la mejor decisión.

→ Vea la oferta académica que le presenta el mercado y haga la evaluación de cuál es la que más se acomoda a sus intereses, necesidades, oportunidades, alcances y competencias con las que cuenta.

→ No permita –bajo ninguna circunstancia- que otras personas elijan por usted.

→ No solo explore las carreras que crea son de su interés, hay más oferta en el mercado que pueden llegar a motivarle aún más.

 

Más allá del programa que va a elegir para estudiar, también debe tomarse el tiempo para examinar mejor opción sobre la institución educativa. Allí se debe conocer con qué medios económicos cuenta, ya sean por acciones propias o por el apoyo financiero de terceros. Si bien existen beneficios y posibilidades de obtener descuentos o becas en algunas instituciones, es necesario identificar los sistemas de financiamiento para poder definir el mejor lugar para estudiar.

Otro tema que se debe tener en cuenta es que la universidad o institución educativa elegida, esté habilitada por el Ministerio de Educación. Podría parecer poco relevante, pero mirar opciones que le brinden comodidad a la hora de desplazarse y que cuenten con escenarios lúdicos para su esparcimiento, resulta vital, teniendo en cuenta que una de las causas de abandono es el estrés.

“Definitivamente hemos notado algunos errores comunes a la hora de hacer la selección. Por ejemplo, no informarse bien sobre qué es lo que se hace en cada una de las disciplinas escogidas; no tener claro el plan de estudios ofertado en cada programa; no socializar con sus allegados o un personal experto sobre sus intereses, motivaciones y el proyecto de vida que tiene; o idealizar las profesiones, ver solo la parte comercial y no la diversidad de acciones que puede desarrollar el profesional en cada una de las disciplinas”, agregó Certuche.

 

Analice sus cualidades

Todas las personas cuentan con diferentes aptitudes y cualidades que aumentan la probabilidad de “éxito” al momento de hacer cualquier actividad, función o servicio. Por eso se debe identificar cuáles son esas aptitudes y cualidades a destacar, que pueden ser determinantes a la hora de elegir el programa y enfoque de la carrera.

Si le gusta escuchar a las personas y aportar desde sus conocimientos y experiencias, seguramente tiene aptitudes para una ciencia social y/o humana como la Psicología. Si tiene el privilegio para memorizar datos y facilidad de comunicar de forma asertiva lo expresado en textos, seguramente podría convertirse en un buen abogado.

O tal vez, si le gusta imaginar cosas que le brinden soluciones tecnológicas a la vida cotidiana y hacérsela más placentera a las personas, una alternativa de elección podría ser una carrera técnica y/o universitaria en ingeniería, publicidad o diseño.

“Siempre tenemos alternativas y no son pocas, ya que los seres humanos no solo contamos con características innatas que nos hacen diferentes, sino que a lo largo de los años, vamos adquiriendo nuevas competencias. El que tenga ciertas capacidades para desarrollar una actividad, no significa que no pueda hacer otras, ya que son precisamente estos espacios de formación los que me permiten desarrollar competencias diferentes”, concluyó el secretario académico de la Fundación Universitaria San Martín.