Comunicado de prensa No. 6

 

Bogotá, 21 de mayo de 2020. A la expectativa de que el Presidente de la República confirme si se amplía o no el confinamiento general para las personas mayores de 70 años –que hasta el momento termina el 31 de mayo–, el programa de Psicología de la Fundación Universitaria San Martín da a conocer un informe que revela el impacto que ha generado el aislamiento preventivo en la salud mental de la tercera edad.

Según datos del Ministerio de Salud, consultados en este análisis, ocho de cada diez fallecidos en Colombia por el nuevo coronavirus corresponden a adultos mayores de 65 años.

De acuerdo con la doctora Andrea Patarroyo, profesora de Medicina Familiar de la Fundación Universitaria San Martín y experta en gerontología, las principales afectaciones en la salud mental en esta población a raíz de la cuarentena, se evidencian en sentimientos de soledad y en el aumento de la ansiedad por perder la rutina de salir a hacer ejercicio y no poder realizar por sí mismos sus propias diligencias, otros han entrado en pánico dado al miedo de encontrarse con una enfermedad que les puede generar la muerte o morir solos sin sus seres queridos por las restricciones de los familiares en los hospitales.

Este impacto se ha incrementado entre un 25 y 30% por causa del aislamiento generando a raíz de la pandemia del Covid–19”, confirmó la doctora Patarroyo.

De otra parte, el Doctor Andrés Barreto, director del Programa de Psicología de la Fundación Universitaria San Martín, asegura “que el estrés postraumático, la depresión y la irritabilidad, entre otros estados asociados a la alta vulnerabilidad que tienen las personas de la tercera edad ante el virus, se acentuaron en la cuarentena un 30% más en comparación con la población más joven”.

Estos indicadores preocupan a los expertos, más si se tiene en cuenta que en Bogotá, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), hay actualmente 1’113.000 personas mayores de 60 años, de las cuales cerca de 741.000 tienen entre 65 y 99 años (los adultos con mayor riesgo de mortalidad por el virus).

El doctor Barreto asegura que con el fin de que la salud mental de esta población no se deteriore aún más por el aislamiento y se puedan ir preparando para un desconfinamiento controlado, progresivo y responsable –como el que plantea el gobierno Nacional–, “es necesario poner en práctica cuatro acciones concretas que le permitirá recuperar la confianza, retomar la rutina, salir del encierro para volver a socializar y sentirse más productivas”.

Primero, acatar todas las normas de bioseguridad; segundo, buscar ayuda psicológica para manejar el estrés y la ansiedad; tercero, contar con un apoyo especial de familiares y cuidadores que les permita incrementar espacios de bienestar como la lectura, la jardinería, el arte y el ajedrez, entre otras actividades, y retomar el ejercicio físico mínimo cuatro veces a la semana y una hora al día; y cuarto, hacer práctica de respiración, mindfulness, meditación y/o yoga, entre otros”, dijo.

Precisamente, la doctora Patarroyo confirma que la falta de ejercicio al aire libre “está causando que se incremente en 10% los problemas de sobre peso, tensión alta y demás patologías crónicas como la diabetes. También, el hecho de que a los adultos mayores no les dé el sol, esto está causando una pérdida importante de vitamina D, un nutriente clave para la absorción del calcio”.

La experta igualmente menciona que “por causa de la ansiedad, el estrés, la depresión y la angustia, entre otros, en estas edades avanzadas se puede afectar el funcionamiento metabólico, que se asocia con la alteración de la frecuencia cardiaca, el aumento de la tensión arterial y los inconvenientes de azúcar”.

Mientras tanto, el doctor Barreto, insiste que para que los adultos mayores puedan enfrentar los miedos y superar la incertidumbre, sentimientos que se calcula se incrementaron más de un 30% como consecuencia de la crisis de la pandemia, es recomendable “que fortalezcan los lazos de confianza con su círculo social más cercano con el fin de que puedan hablar sobre lo que están sintiendo y escribir los miedos y pensamientos negativos, facilitándoles desahogarse y no somatizar estos sentimientos”, afirmó.

Este tipo de acciones –según el especialista–, “les ayudará a enfrentar los temores propios de la enfermedad y les permitirá sobreponerse al miedo y a la incertidumbre que genera la muerte. Al mismo tiempo, les facilitará encontrar elementos de seguridad para ir sintiendo una mayor estabilidad y tranquilidad con el fin de retomar su vida normal”.

En cuanto a una de las emociones más recurrentes en estos tiempos de coronavirus, como es la ansiedad, el doctor Barreto indicó “que es clave reconocer el problema, hablar lo que al adulto mayor lo hace sentir tan intranquilo e identificar qué factores están detonando esta actitud”.

Para tener en cuenta, de acuerdo al Colegio Colombiano de Psicólogos: Colpsic, los niveles de ansiedad en tiempos de coronavirus en los adultos mayores se han incrementado al menos un 50%.

 

La resiliencia en la tercera edad

El hecho de haber perdido seres queridos en algún momento de la vida, sentir que el cuerpo va disminuyendo las fuerzas y que la enfermedad es una de las mayores certezas de la incertidumbre que se comienza a incrementar con los años, indica que la madurez de los adultos mayores es el mejor indicador que les permite superar los momentos difíciles y adaptarse más fácilmente a los cambios.

No hay duda que esta población es más consciente de las circunstancias adversas, que afronta con mayor entendimiento los momentos difíciles y que se mantiene más fuerte y firme en medio de entornos tan complejos como el vivido actualmente”, explicó el experto.

En porcentajes, se proyecta que los adultos mayores son entre 10 y 20% más resilientes que otro grupo de edades. “En otras palabras, ellos siempre ven el vaso medio lleno y casi nunca medio vacío”, agregó.

 

Otras pautas para mejorar la salud mental en tiempos de coronavirus

El doctor Barreto asegura que es clave mantener rutinas y contar con hábitos saludables, como, por ejemplo: “tener un aseo diario y cotidiano; arreglarse todos los días y no permanecer siempre en pijama, no estar tanto tiempo acostado, no permanecer conectado más de dos horas continuas con equipos móviles, hacer ejercicio antes de irse a dormir y no consumir café ni tinto después de las 6 de la tarde, ni comer alimentos pesados en la noche, ya que esto favorece el insomnio”.

También, es importante identificar las circunstancias que pueden alterar la tranquilidad, como la sobreexposición a la información que eleva los niveles de ansiedad, especialmente cuando se trata de contenidos asociados a muertes, números de contagios por el Covid–19 y escenarios pesimistas.

Si bien es importante estar informado, todo en exceso es malo y sobre todo para la salud mental de esta población”, advirtió.

Otros consejos para tener en cuenta tienen que ver con ejercer actividades lúdicas en la vida cotidiana, que faciliten en las personas de la tercera edad conectarse con la creatividad, la imaginación y el disfrute, para esto es clave, retomar aficiones que sean del gusto de la persona, por ejemplo, la música, la pintura, escribir, leer, la fotografía, el cine, las manualidades, los juegos de mesa y los rompecabezas entre miles que ha utilizado el hombre a lo largo de los tiempos.